Proyecto: Casa Martínez Mondragón
Arquitectos: AVM Arquitectura
Alexandro Velázquez
Ubicación: Naucalpan, Estado de México, México
Colaboradores: María Fernanda Herrera, Roberto Ortega, Paula Sabina
Cálculo Estructural: Ing. Carriles
Constructor: A.C.I.
Año de diseño: 2001 – 2004
Construcción: 2005 – 2008
Superficie construida: 750 m2
Fotografía: Álvaro Morera
Ubicado en Naucalpan, Estado de México, el proyecto se desarrolló en un accidentado predio con treinta metros de pendiente, un ángulo de inclinación de 45 grados y 700 m2 de superficie. Estas condiciones determinaron el diseño de la casa y el procedimiento constructivo.
Se trata de sobreponer objetos explotando la esencia del vacío, suspendiendo volúmenes sobre el terreno, ligando así materia y naturaleza. Esta creencia de congeniar ambos conceptos permitió una constante relación entre el exterior y el interior. La noción de fusión entre topografía y arquitectura fue la que configuró el proceso creativo y de diseño, buscando el respeto absoluto de las superficies cinceladas de la antigua mina.
El partido arquitectónico está concebido en tres piezas escalonadas y empotradas a la piedra desplazándose transversalmente en el predio logrando claros de hasta 14 metros. La sobre posición entre cada una; con movimientos y giros buscando la mejor orientación e iluminación, permiten intersecciones tolerando una estabilidad estructural, y hacia el interior una acción continua a través de una circulación vertical centralizada que articula los volúmenes. Así la solución, a pesar de la distancia que existe entre el acceso superior e inferior, alcanza un recorrido interior óptimo entre las tres plataformas como si se tratase de una vivienda desplantada a nivel 0.0.
El programa arquitectónico obedece a un esquema de agrupación en tres secciones. El primer volumen alberga: sala, comedor, cocina, cuarto de servicio y área de lavado. El segundo contiene: estudio, cuarto de televisión y la recamara principal, y en el tercero se dispusieron dos recamaras y una alcoba. En cada plataforma se logran grandes terrazas vinculando la panorámica vista hacia la ciudad por un lado y el continuo contacto con la roca por el otro.
Es evidente el empleo del la piedra que yace en la zona utilizándose en todos los elementos verticales que a su vez fungen como placas estructurales, contraponiéndose a la pureza de los elementos horizontales revestidos con aplanados buscando un equilibrio visual y tectónico.
